Caen hoy en mis manos dos lecturas que relaciono de alguna manera aunque no sé si acertadamente.
Por un lado, leo esta mañana (hoy que es domingo y puedo dedicar un rato a estos quehaceres) en el ensayo de Borges "La nadería de la personalidad" una frase que repite a lo largo de todo ese texto, si bien trata precisamente en dicho ensayo de defenderla adecuadamente, y dice así: "no hay un yo de conjunto" y es que es a través de sus propias reflexiones, y apoyándose también en nombres tan insignes como Torres de Villarroel o Schopenhauer, por las que descarta que en la suma de nuestras situaciones de ánimo (léase también recuerdos y vivencias, o así lo entendí yo) -suma conjetural y nunca realizada ni realizable- (sic) , pueda estribar el Yo.
Cambio, a la tarde, de lectura y me encuentro, entonces, con esta entrada de Pessoa en su "Libro del desasosiego": "Mi alma es una orquesta oculta; no sé por qué instrumentos tañe o rechina, cuerdas y harpas, timbales y tambores, dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía". Y, en el párrafo siguiente continúa: "Me he dado cuenta, en un relámpago íntimo de que no soy nadie. Nadie, absolutamente nadie".
No sé, si esa sinfonía de la que habla Pessoa pudiera ser, acaso, ese "yo de conjunto" al que se refería Borges. Si así fuere, entonces ¿ estaría Pessoa, entiendo, en desacuerdo con la afirmación borgiana antes comentada? o, a lo mejor y quizás lo más seguro, nada tiene que ver una cosa con la otra y simplemente ha sido una casualidad, o tal vez una causalidad, que haya leído yo estos dos textos en el mismo día y me hayan parecido a mí relacionados de alguna forma.
Sea como fuere, el caso es que entiendo, en este extremo referido, mejor a Pessoa que a Borges. Entiendo ese conjunto de "yoes" que afinan ese yo definitivo (sin referirme, claro está, en mi caso a heterónimos si es que fuera Pessoa por estos derroteros) y, entiendo también (y muy bien, además) ese sentirse absolutamente nadie aunque esté mucho más justificado en mi caso, evidentemente, que en el de F.Pessoa.
Realmente estimulante enfrentar las dos citas. Una dicotomía de la creación: yo o yoes. En este caso ambos escritores defienden la esencia misma de su escritura. Borges, que no renuncia a una literatura clásica en el siglo XX ensalza el yo único (aunque tal vez resulte algo tramposo: su yo es antes un productor cultural de la cultura clásica que un yo clásico); Pessoa, que busca amparo filosófico en su escisión creativa, colecciona metáforas sobre la disgregación el yo. Hasta aquí todo claro. Pero a casi un siglo de distancia, ¿qué hacemos nosotros? Ni yo cultural ni yo escindido son opciones (o solo vías de clonicidad). ¿Cómo se escribe desde el no yo? Habrá que pensarlo.
ResponderEliminarLo primero, bienvenido y muchas gracias por tu visita José Ángel. Pues muy interesante tu aportación/reflexión a mi entrada. Personalmente no creo que pudiera escribir nada, ni siquiera la ficción de los microrrelatos a la que soy aficionada desde un no yo. Pienso que todo cuanto plasmamos en el papel lleva parte de nuestra esencia, más escondida o menos, más poso o más superficialidad pero nuestra esencia del yo que somos al fin y al cabo. Creo que, incluso, ese no sentirse nadie es ya una afirmación del propio yo (aunque sea infravalorado).
EliminarUn saludo!