«Dos
políticos intercambiaban ideas acerca de la recompensa por servicios públicos.
"La recompensa que más deseo - dijo el primer político - es la gratitud de
mis conciudadanos." "Eso sería indudablemente muy satisfactorio -
dijo el segundo político-, pero, ¡ ay !, para obtenerla tiene uno que retirarse
de la política." Por un instante se miraron con inexpresiva ternura; luego
el primer político murmuró: " ¡ sea la voluntad de Dios ! Ya que no
podemos esperar esa recompensa, conformémonos con lo que tenemos". Y,
levantando sus manos derechas del tesoro público, juraron conformarse».
("Fábulas
fantásticas" de Ambrose Bierce, 1842-1914)
Pocos aforistas tienen el sarcasmo feroz que Ambrose Bierce muestra en su "Diccionario del diablo"; su éxito estriba en que muchos lectores sienten que sus temas refrendan un pensamiento colectivo, una idea que anda en la calle de mano en mano. Fuerte abrazo y esperemos que nuestros políticos dignifiquen su hermosa tarea. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarYa vemos que la cosa viene de antiguo.
ResponderEliminarUn abrazo.