El
otro día escuché en la radio una entrevista a Luis Chillida, hijo del famoso
escultor Eduardo Chillida y, entre otras cosas interesantes, esto me llamó
mucho la atención: cuenta Luis Chillida que su padre, Eduardo, tenía muchísima
facilidad para el dibujo (aunque raramente llevaba luego a escultura lo que
dibujaba) y hacía dibujos en poquísimo tiempo. Esto parece ser que era algo que
el escultor tenía por un defecto pues era la mano -decía- y no la cabeza la que
mandaba en esos momentos. Así que comenzó a dibujar con la mano izquierda
y fue entonces cuando, al resultarle mucho más difícil y al tener que ir mucho
más despacio y con más cuidado en la labor, la cabeza tomó el control del
dibujo, o de la realización del dibujo, y dejó de hacerlo su (automática) mano.
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NOTA: este texto no tiene ninguna connotación política (o no la tenía).
(Foto:
Elogio del Horizonte. Eduardo Chillida. En Gijón)
Tener mano izquierda es signo de diplomacia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, a ver si se queda en la mano y no pasa a levantarse con el pie izquierdo, Alfred!
EliminarAbrazo!
El impulso es lo auténticamente creador....luego, como dijo, alguna vez , Picasso otro 90 por ciento de sudoración.
ResponderEliminarCierto, había escuchado yo también eso de Picasso.
EliminarHay que seguir el impulso y luego ya se verá si se sigue ése o si va a la basura pero sin el trabajo es seguro que no llegará a buen puerto.
Un placer, siempre, tu visita Enrique.