EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ DE ROGIER VAN DER WEYDEN
Todo está bien.
Cogedlo por las piernas,
por el torso.
Las espinas de acacia
son de la región de mis padres.
No es carne, es un lugar,
un deshielo,
un arroyo que será país.
No habrá más resurrección.
Que los Lázaros lloren.
Hay cuerpos que descienden
como la culpa o la flor de vilano:
diseminan.
Ponedlo ahí, a vista de todos.
Que sea vecindad.
(El poema es del poeta Ramón Andrés (Pamplona, 1955) y esta joya de cuadro tenemos la suerte de poder admirarla en el Museo del Prado).
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