Suspiró profundamente y recogió
dos cubiertos. Tampoco hoy comerían con ellos los dos hijos mayores. Las
excusas, las de siempre; el cansancio de toda la semana de trabajo hacía mella
en sus ánimos y la distancia tampoco ayudaba.
Los veía apenas nada y a pesar de los reproches de su marido, ella guardaba en
silencio todo el amor que sentía por ellos y nunca les echaba nada en cara.
Aquel jueves, al cabo de cuatro meses, todos los hermanos comerían juntos por
fin después de varios años.
Esta vez, entre ella y sus hijos, únicamente se
interponían las enormes coronas de flores de las empresas.
-Pulgacroft-
(Microrrelato presentado a la VII Edición deRelatosenCadenade La Ser. La frase de comienzo era " Suspiró profundamente y recogió dos
cubiertos ")
Ohhh qué lástima, pobrecita. Buen intento Pulga, seguro que pronto llegará tu oportunidad. Un saludo.
ResponderEliminarMuy duro pero a la vez muy sentido. Te hace pensar. Enhorabuena. Suerte para el siguiente :)
ResponderEliminarDemasiadas distancias a veceds Pulga. Creemos que siempre hay tiempo y para cierta cosasno las hay, por eso es tan importante el presente, el momento.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besicos muchos.
Con frecuencia invertimos demasiado tiempo en lo superfluo y descuidamos lo importante. Dura lección.
ResponderEliminarMe ha gustado, esta semana han salido relatos muy interesantes
Con frecuencia invertimos demasiado tiempo en lo superfluo y descuidamos lo importante. Dura lección.
ResponderEliminarMe ha gustado, esta semana han salido relatos muy interesantes
Tremendo pero muy real. ¿Cuántas veces no nos damos cuenta del cariño que podemos demostrar hasta que es tarde?. Enhorabuena, Pulga, me ha gustado.
ResponderEliminarEmotiva la apuesta de esta semana, Pulga, tanto esperar y mira... también me gusta la foto.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen relato Pulga. Esas coronas de flores le han dado al relato un giro que probablemente no esperabamos, pero que sin duda lo ha puesto en valor.
ResponderEliminarBuen intento. Sigamos intentándolo con el piano de cola.
Un abrazo.
Hay que reunirse, hablarse y tocarse todo lo posible sin buscar excusas, no sea que pronto se nos haga demasiado tarde. Saludos.
ResponderEliminarInchs. De los que pellizcan el corazón Pulga.
ResponderEliminarUn abrazo cercano.
¡Joder Pulga! Qué deprimente, socorro.
ResponderEliminarPero bien escrito.
Hola, Pulgui.
ResponderEliminarEs demoledor. Condensa la soledad, la esperanza, el deseo de ver a la familia unida y un final que ahora, al releerlo, me ha vuelto a poner los pelos de punta.
Creo que, claro que yo no soy jurado, es tremendamente bueno.
No le sobra ni le falta nada, por tanto pegas no le puedo poner ninguna.
Un abrazo muy grande y a ver si la semana que viene damos en la diana con ese piano de cola que brota como un melocotón en medio de un huerto.
Besos y felicitaciones sinceras.
Hola Pulga Croft. Juraría que te había comentado ya, pero me debo haber liado solo. La historia es muy buena. Hace pensar. Te remueve la conciencia. Es muy triste, pero seguramente también muy cierta en muchos casos. Apunta a las cosas que son importantes en la vida, sin oscurantismos. Enhorabuena. Suerte para el próximo :)
ResponderEliminarNos distanciamos, en general, de padres, de amigos, de hermanos, de barrios,de ciudades, de trabajos. A veces pienso, cuando dicen que el universo está en constante expansión, que se refieren a eso. Un micro duro.
ResponderEliminarUn beso.
Las distancias son enemigas de los amores, por muchos perdones que sienta la madre que debe esgrimir. Si esas coronas sirven para que se fortalezca la unión con los hijos, bienvenido sea, sólo por encontrarle un punto positivo a la historia que tan bellamente nos has regalado.
ResponderEliminarBueno, espero que el piano de cola en el huerto no sea la imagen del cementerio donde enterraron los cuerpos...jaja....Un abrazo Pulga y a seguir escribiendo!!!
Buena apuesta pulga, me ha gustado, rompiendo el hilo de lo cotidiano , de lo normal, con el efecto final, el detalle de las coronas lo hace completamente visual.
ResponderEliminarMe gusta abrazos