Deja que me arroje
al
vacío de tus ojos.
Que
me lleve la marea
de tu
llanto,
que
me arrastre al infinito
de
tu océano.
Dejame
naufragar en tu pupila,
irme
a pique.
¡Deja que me hunda!
Que
el lamento me devuelva
a la
playa de tus párpados
para
agonizar en ellos…
Y
luego,
más tarde,
déjame
renacer
en cada lágrima
que
resbala
hasta tus labios
y
convertirme
en Beso.
-Pulgacroft-
Lo mejor de todo, que la lágrima se convierta en beso.
ResponderEliminarTriste y a la vez esperanzador poema.
Un abrazo
Pues ¡qué bonito niña!, yo soy una negada para la poesía, por eso valoro a quienes la hacéis.
ResponderEliminarMe encantan las imágenes que describes hasta ese beso final.
Un abrazo.
Muy bonito el caligrama. Me encanta las imágenes que has creado. Un abrazo.
ResponderEliminarLanzarse dentro de esa puerta al alma qur son los ojos de quien se ama y habitar en ellos. Hermoso texto. Saludos
ResponderEliminarHola,, Pulguilla.
ResponderEliminarTe felicito porque el post entero es una preciosidad. Desde la foto elegida que es la bomba, hasta tu texto... Es emocionante ese renacer en cada lágrima hasta convertirse en beso.
Guau, guau, guau...
Un beso muy grande.