Verba volant, scripta manent.

Bibliotecas Públicas

 



De todas las horas que he pasado en mi vida en una biblioteca, no hay ni un solo minuto que no fuera de felicidad. Me gusta andar entre las estanterías, ojear y hojear libros, leer páginas sueltas… me encanta la sensación de adoptar por unos días un libro que me haya dicho “llévame a casa” (sí, lo libros nos hablan, nos seducen, saben cómo hacerlo y cuando eso pasa yo, al menos, no me puedo resistir).

Esta pandemia aparte de todos los inconvenientes, incertidumbres y miedos ha traído consigo también el cierre de bibliotecas públicas, esa especie de templos en los que muchos nos adentramos a encontrar nuestra particular paz y bienestar; pero también se acercan a ellas quienes la compra de libros nuevos se les hace cuesta arriba y más ahora en las tremendas y actuales circunstancias.

Pues bien, me entero hoy, de primera y fidedigna mano, que en Oviedo (mi Oviedín) sólo están abiertas dos bibliotecas (La Granja y San Lázaro) pudiendo estarlo algunas más, es decir, aun cumpliendo con todas las condiciones y lógicas medidas sanitarias como son higiene, distancias, personal suficiente, tiempos de cuarentena y ventilación… me consta que siguen cerradas unas cuantas bibliotecas públicas como son las de Ciudad Naranco, La Corredoria, Ventanielles, Vallobín… el porqué se me escapa, se nos escapa. Pero lo cierto es que parece que la lectura, los libros, la cultura, no son artículos y bienes de primera necesidad y que, si no hacemos lo posible por acercarlos a la gente, nos convertiremos en una sociedad menos libre y más manipulable, más ciega, más intolerante…menos feliz.

Este post no es contra de nadie, sino a favor de los libros y las bibliotecas públicas, a favor de que la lectura y la cultura esté lo más al alcance posible de todos. Es una petición, a quien corresponda, al Ayuntamiento de Oviedo (ya que en En Gijón, Mieres, Avilés y Siero están abiertas todas) para que - por favor – lleven a cabo la apertura de estas bibliotecas que cumplen con todos los requisitos para poder estar abiertas al público. En sus manos está que el Paraíso que Borges siempre imaginó como “algún tipo de biblioteca” lo sea también, en ese sentido, esta parte de nuestro Paraíso Natural.




Dominar el Mundo

 



Hace unos días me regalaron, para mi colección de lápices, éste de pretensiones titánicas y megalómanas.

No deseo tanto. Me conformaría con conseguir, tan solo, una pequeña parte de aquello que dijo Séneca: “Dominarse a sí mismo es el mayor de los imperios."




El impostor. Javier Cercas


El impostor_Javier Cercas


Apasionante la vida de Enric Marco. Seguramente recordaréis el caso que salió en prensa: Enric, nonagenario barcelonés (creo que hoy en día tiene 99 años) se hizo pasar por superviviente de los campos nazis y fue desenmascarado en mayo de 2005. Llegó a pronunciar centenares de conferencias, conceder entrevistas y recibir distinciones. También llegó a presidir durante tres años la asociación española de los supervivientes del III Reich.

Javier Cercas nos cuenta su historia. La historia de una mentira que, como dice el propio cercas, para que sea creíble tiene que estar basada o enmarañada con verdades o verdades a medias.

Me ha resultado apasionante esta historia. Muy entretenida en su lectura; si bien es cierto que quizás se extiende más de la cuenta el autor en exponer sus dudas a cerca de si escribir o no el libro (alterna los capítulos entre la historia de Enric Marco y su propio periplo de entrevistas, indagaciones y dudas sobre el protagonista) me parece un libro muy interesante no sólo por la historia de esta impostura sino por cómo el protagonista se las arregla para llegar a hacer de ella su vida real.

Es lo primero que me leo de Cercas, así que no puedo comparar con otras obras suyas. A mí ésta me ha gustado mucho.




El imbécil


Cabeza_Joan Miro_1978_foto Sandra Sánchez


EL IMBÉCIL

Nos han mandado en la escuela una redacción sobre las vacaciones. Voy a escribir sobre mis planes en el pueblo con mis amigos de siempre. Las aguadillas de Alberto en la piscina, los bocatas en la playa al anochecer con Silvia y los demás. Mis intentos por parecerle, por fin, interesante a Silvia la hermana gemela de Luis, a quien envidiábamos porque le habían comprado una moto a finales del verano pasado. Silvia siempre me llamaba egoísta no sé por qué… Bueno, si es que la veo. ¿Me dejará la moto? Alberto me contó que desde lo de su hermano, apenas sale de su habitación.



Unas pocas consideraciones sobre poesía en "Una leve exageración". Adam Zagajewski




" Karol Berger me refirió durante un paseo por el XVI distrito  de París unas palabras  de Victor Hugo. A la pregunta  de si es fácil escribir poemas, éste respondió: « Cuando uno puede escribirlos, es muy fácil; cuando no puede, es imposible »."

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"El poema es como el rostro humano: un objeto que puede medirse, describirse y catalogarse, pero  también un llamamiento. Uno puede responder al llamamiento o ignorarlo, pero difícilmente conseguirá tomarle las medidas con una cinta métrica. Resulta difícil medir la altura de una llama con la ayuda de una regla de escuela.

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"Sólo de mí, de nosotros, depende si el mundo espiritual se va al traste o si continua vivo. Cada día tomamos la dicisión, escogemos entre izar la bandera blanca de la rendición o el gobelino policromo de un poema".

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"La música y la poesía examinan las proporciones en las que el interior se mezcla con el exterior".

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"Kavafis era el poeta de la derrota y sabía utilizar los matices placenteros de la melancolía para describir consecuencias psicológicas de esta derrota y relativizar sus efectos. Sin embargo, le faltó coraje, o tal vez imaginación, para escribir sobre la pesadumbre de los cuatro siglos bajo el dominio de los sultanes. Por lo visto, la alquimia poética no es omnipotente... Se echa atrás ante algunas sustancias, ante la humillación  verdera".

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" La composición de un poema suele ir precedida de un profundo silencio y, por regla general, algo de este silencio se inmiscuye en el verso. [...]
El silencio que precede al poema puede ser - y a veces es- un estado embriagador capaz de abarcar la totalidad del mundo mucho mejor que el poema al que dará vida, pero puede ser también un momento de gran desesperación. La redacción de un poema [...] es inseparable de la pérdida y de la pena que acompaña a la necesidad de salir del pozo de silencio. Para todo aquel que escribe, que intenta escribir poemas, éste es el gran dilema".

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Resumiendo una teoría de Julien Green sobre la poesía y la liquidación de los conventos en la época isabelina: "la enorme energía de la contemplación no podía desaparecer sin más, desvanecerse en el aire - tales cosas no suceden jamás-; tuvo que buscarse otro sitio y la encontró en la poesía..."

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"...este superávit de tono que constituye el corazón mismo de la poesía"

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"...dígase lo que se diga, lo magnífico y extraordnario de la poesía (algo extremadamente raro) tiene su origen en la realidad, en una capa de la realidad que no queda al descubierto sino en raras ocasiones, en ese segmento del mundo que emite resplandor".

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"La poesía se encuentra indefensa ante la ironía; los aforismos recuerdan navajas bien afiladas y no ueden prescindir de la agudeza. Los poemas no quieren ser agudos, no pretenden herir a nadie, no tienen que estar bien afilados..."

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"Un día Simone Weil escribió en sus  Cuadernos: « Un poema es bello en tanto en cuanto el pensamiento del poeta descansa sobre lo inefable» ".

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"Para los poetas, los Cuadernos de Cioran - donde nada es sagrado excepto la música de Bach, Händel y Mozart- deberían de ser lectura obligatoria".

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"Quien posee el don de la poesía - para la escritura o la lectura- debe tratar ese don como fundamento de todas las cosas y, al mismo tiempo, utilizarlo con mucho tiento para no ahogar las fuerzas que encierra y permitirle dialogar libremente con otros dominios de la vida."

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"Un día Milosz (refiriéndose a Czeslaw Milosz) me llamó. Noté en su voz una gran tristeza, una profunda melancolía. Nos pusimos a conversar y no tardé en intuir que se sentía sin fuerzas para seguir adelante y me pedía ayuda. Finalmente, dijo: « Por favor, sea sincero conmigo; ¿cree usted que jamás he escrito un poema bueno?» ".

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"Si alternamos la novela con la poesía, la larga duración o la permanencia ardua con el breve estallido que es el poema, todo parece indicar que , si bien no podemos saberlo a ciencia cierta de antemano, la muerte a la que tanto tememos pertenece a esta última categoría y vendrá a modo de un verso y no como una novela. En cambio, el miedo que nos infunde se situaría en la duración, en la «novela»."

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"Comentar la poesía, ¡ qué torpeza! "

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"A todas luces, Dios no lee poesía".

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"No sé cómo viven mis colegas poetas y poetisas, pero sé muy bien que no suelo creer en mis propios poemas".




De superficies y profundidades


Apuntes de mi libreta_Sandra Sánchez


Reviso una libreta que andaba por ahí. Encuentro este último escrito en ella. Aún no sabía que una pandemia iba a golpear muy pronto al mundo. Luego vino el confinamiento, el parón forzoso que me hizo libre en algunos aspectos importantes, que no es poco. Ahora mismo parece que ni siquiera recuerdo bien cuál era la superficie en la que pensaba que vivía aunque sí sé que no me refería a frívolas superficialidades. Por lo demás, sigo (como puedo) mi desescalada personal, que tampoco es poco y hoy, sólo me apetece dejarme llevar como cuando se hace el muerto en el agua.




Quisiera ser esa flor




Quisiera ser esa flor - no por su belleza - sino por su falta de desvelo en serlo para los demás.

(La perfección de la flor es de mi begonia; la imperfección del haiku, mía).


Mis plantas me enseñan

Mi Bego


Mis plantas me enseñan paciencia, que tanta falta (me) hace, me enseñan que todo llega - lo bueno y lo malo - el tiempo de florecer y el tiempo de marchitarse. Me deleitan con la armonía del silencio, que tanto me gusta.
Me enseñan lo necesario de los cambios, esa adaptación que tan difícil se nos hace a veces.De mis plantas obtengo compañía y serenidad. Me traen, a domicilio, parte de la Belleza natural de ahí afuera. Me enseñan respeto y a ser sensible a la fragilidad ajena. Aprendo con ellas la necesidad de cuidar, la necesidad de observar y a no dar, a la primera, nada por perdido.

Pero creo que la lección más grande y más importante que me enseñan es la de la gratitud.
Hace un año, cuando compré esta begonia, alguien me dijo que sería efímera... Parece que a ella, eso, no lo sentó muy bien y aquí está. LLegará su momento, como el de todos nosotros, pero no será todavía.



BE THE POEM




Lo primero es dificilísimo (serlo decentemente, me refiero); así que me conformaría, en esta vida, con ser un verso libre y bueno, pero tampoco eso es prosa fácil.




CAMINANTES


"Nueva normalidad"_ ©Sandra Sánchez


Unos 45 minutos caminando; caminando por caminar, sin rumbo, como zombies... Hoy he acariciado con los ojos la “nueva normalidad”: mascarillas, distancias, esquivar a gente, cambios de acera… He visto de todo: he visto quienes hemos observado estrictamente las normas, he visto algún corrillo de gente sin mascarillas, también he visto faltas de respeto a la franja horaria por parte de algunas personas. Pero en fin, viva la libertad. Me he metido por una zona en donde he encontrado una plaza interior que estaba vacía; nadie, los columpios precintados. La “nueva normalidad” es triste, distópica. Somos zombies caminando detrás de otros zombies. Me ha saludado una chica que conocía pero yo no la he reconocido a ella, las dos con mascarilla. Creo que hemos sonreído, yo al menos.
Durante todo el tiempo que he estado fuera se ha escuchado una música como si hubiera un concierto cercano, lo que leeis: a volúmen de concierto, os juro que no exagero. No sé si salía de alguna ventana, supongo que sí, claro. He pensado en los vecinos de ese piso teniendo que soportar todas esas canciones a la fuerza, porque sí, porque parece que la “nueva normalidad” impone música para acallar el silencio interior que nos grita y que no queremos escuchar. O tal vez, no queremos recordar que se han ido 25.264 personas que ya nunca podrán escuchar nada. O quizás no es cosa de la nueva normalidad y esa situación se ha dado durante todo el confinamiento, si así fuera, y yo hubiera sido una vecina de ese bloque, ya me hubiera tirado por la ventana. También os lo juro (creo). Pero es su libertad y hay que respetarla; la de los demás, siempre la de los demás.
He vuelto triste. Quizás es porque hoy tampoco tuve un buen día. Ni la puesta de sol me ha parecido como siempre, me ha dado la sensación de que era de mentira, falsaria, como si alguien la hubiera colocado ahí para recordarnos cruelmente la otra normalidad, la de verdad.
Sólo me consuela pensar que todo esto sea algo transitorio.
Casi al llegar a casa me he vuelto a encontrar con la misma persona que me había saludado y hemos cambiado de acera para no cruzarnos. Me ha resultado deprimente.
No sé si mañana me apetecerá salir de nuevo a ver la misma distopía. Quizás tengo el síndrome ése de la cabaña, no lo sé; sólo sé que, al menos, lo que hago en mi casa sí es normal.
Me asusta pensar que ahora mismo la auténtica normalidad sólo está dentro de una película.
En fin. Un día menos.




Terapias


Terapias_Sandra Sánchez


Cojo esa hoja de periódico (de 2018) al azar para hacer jardinería de confinamiento en la mesa de la cocina y me fijo en el titular. Creo que estaba escrito para que yo lo leyera dos años después y sí, para que le diera toda la razón. 




23 de Abril, Día del Libro





Mi querida Emily Dickinson vivía (casi) confinada y amaba los libros.
Éste es un poema suyo:


¡Qué bueno regresar a mis libros!
-término de los fatigados días-
Casi compensa la abstinencia,
y el dolor se olvida con el placer

Como aromas que confortan a los invitados
en el banquete, mientras esperan,
esta fragancia aligera el tiempo hasta que llego
a mi pequeña biblioteca

Puede haber desolación afuera,
lejanos pasos de hombres que padecen,
pero la fiesta suprime la noche
y hay campanas, interiormente.

Doy las gracias a estos Parientes del Estante.
Sus caras apergaminadas
nos enamoran mientras esperamos,
y nos satisfacen al alcanzarlas.


-E. Dickinson-



Microrrelato





EN LAS NUBES

Su preferido fue el séptimo. Lo llamó Domingo y se relajó pensando que había hecho un buen trabajo. Se abrazó a la nube más blanca y esponjosa, escuchó el rumor del mar, el canto armonioso de los pájaros y se durmió profundamente.

Soñó con primaveras y con niños, con el sol y las montañas; pero pronto comenzó a soñar con el invierno, con el frío, con palacios habitados por tiranos, con balas y con guerras y con la explosión de una gran bomba que a punto estuvo de hacerle despertar… pero imposible. Ni por esas.




Palabras para una imagen

© Kerry Skarbakka

LA GRAN OLA

Lo encontraron desnudo, con el pelo seco y el cuerpo abotargado en perfecto acoplamiento al interior de la bañera . Su mano derecha cerrada y rígida, como si hubiera estado agarrando algo fuertemente, no sujetaba nada. Del desagüe asomaba una esquina de, lo que más tarde se supo, era la cortina de ducha. De cómo pudo haber llegado a introducirse casi por completo por la tubería, todavía es un misterio.
Causa de la muerte: "asfixia por ahogamiento - dijo el forense tras practicarle la autopsia- tiene además los pulmones encharcados de agua salada".
El suceso aconteció el 15 de abril de 2020, en la pequeña localidad de Cidreira, Brasil, antípoda de Kanagawa para más señas.




Adaptarse...

Mi pequeña colección de cactus ventaneros 


“Hay que ser como un cactus – Dijo la abuela. Adaptarse a cualquier momento, tiempo y circunstancias… Ser fuerte y aún así nunca olvidarse de florecer.”
-Anónimo-



No te quites la costra que te quedará marca. Dominique Vernay



Vuelvo al excelente libro de microrrelatos de Dominique Vernay y me encuentro en el último de ellos un "grumo" que bien pudiera estar escrito hoy mismo a pesar de que el libro ya lleva unos años publicado.

En sus microrrelatos, D.V. disecciona muy bien al ser humano, y aunque lo suele hacer desde el humor (no es, precisamente, el caso de éste que muestro), todos ellos resultan mordaces y con un punto agridulce que hace que la sonrisa banal se transforme en un lúcido toque de atención.

Un libro, en mi opinión, más que recomendable. Lo he disfrutado mucho a pequeñas dosis.

"No te quites la costra que te quedará marca" de Dominique Vernay. 2013.







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