Foto de © André Cruchaga |
“Poemas
del frío” (Cuadernos de poesía Heracles y nosotros), de Sandra Sánchez, Gijón,
Asturias, 2018. Es un haz de poemas escritos desde la vivencia completa y
necesaria. Ya el complemento del título nos ofrece una particular atmósfera o
estado: el frío, acaso, la intemperie (en modo alguno ausencia de calor), pero
sí, una situación calmosa, indefinida, aterida, etc. La poeta está dotada de un
registro altamente lírico. Así lo atestiguan sus “versos ateridos”, o cierto
nivel de angustia que se intuye, sólo es mera rebeldía del destiempo. La
lectura, seguramente nos da la respuesta.
Destacan
en este manojo de poemas, “Siempre la vida”. En él, la muerte aflora sus
cuernos. “Más allá de mi cuerpo”, ese doble juego de la vida-irrealidad (la
forma de cómo se percibe la realidad-entorno); a ratos, mundo inasible. Poema,
por lo demás, que valida la condición del ser humano en un mundo abierto a
tantas conjeturas. Luego nos dice la poeta que “Hay otoños que no acaban
nunca”, acaso porque todo lo vívido siempre permanece en la memoria sin que se
apague el fuego, o cierre el ojo sus velámenes.
Gracias
querida poeta Sandra Sánchez|, por acercarme este tributo a la palabra
cervantina, por tu talento para metaforizar la vida, por todos los fríos sobre
el musgo. Tu escritura, sin duda, me devuelve la luz.
-André
Cruchaga- ,
Barataria,
28.12.2018
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