Al día siguiente, Cupido recuperó una a una todas sus flechas y los corazones volvieron a latir a su ritmo normal.Volaron las mariposas del estómago y las rosas del jarrón comenzaron a marchitarse.
Sólo los platos sucios del fregadero conservaban aún los restos de la cena.
-Pulgacroft-
Querida Pulga, siempre tras la celebración de la alegría llega esa grisura de lo cotidiano, que borra la brillantez de cualquier estela. Sueños y realidades siempre parecen combatir en trincheras opuestas. Menos mal que Cupido lo seguirá intentando. Sugerente microrrelato. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es José Luis, la rutina que sigue a la felicidad impostada acaba ganando la batalla, era eso lo que quería expresar con el micro.
EliminarMuchas gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo!
Sandra Sánchez
Como elevar por un día lo cotidiano a la categorí de extraordinario y ... Tic tac tic.. Vuelta a empezar.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto AtHeNeA, después de ese día los escaparates de las tiendas pierden su corazón, jeje...
ResponderEliminarOtro abrazo para ti!
Sandra Sánchez.