Mucho
me temo que vienen a rescatarme con retraso, como siempre.
Todo comenzó pensando que una partida no provocaría tanto rayo y tanta centella; pero el caso es que nos liamos: después de esa partida vinieron más…y este cielo viejo ya no está para trotes, así que al choque de los últimos bolos todo empezó a arder.
Aquellos seres ridículos se agarraron a mis alas y casi me las destrozan, decían algo de un ángel de la guarda… Bah, los empujé a las llamas sin miramiento.
A mí, lo único que me importaba, era recuperar la maldita bola.
-Pulgacroft-
Foto by Wojciech Paliwoda
Foto by Wojciech Paliwoda
(Microrrelato
presentado a la VII Edición de RelatosenCadena de La Ser. La frase de comienzo
era “Mucho me temo que vienen a rescatarme ". Máximo 100 palabras.)
Creo que la frase esta semana era complicada. La última frase nos dice mucho del personaje y del por qué de la historia. Buena apuesta. Suerte para la semana que viene :)
ResponderEliminarVaya ángel de la guarda, me encanta la frase, bah los empujé a las llamas....
ResponderEliminarMuy divertido.
Besos
Hasta los ángeles están en entredicho, ¡Señor, Señór, dónde vamos a ir a parar! ;o)
ResponderEliminar¿Los ángeles (caídos) también juegan al futbol con la tierra? Me gusta la idea, suerte en la próxima.
ResponderEliminarSaludos.
La ley de la botella: el que la tira va a por ella. Eso lo saben hasta en el cielo, je je.
ResponderEliminarMe gusta Pulga, besos.
Hola, Pulga.
ResponderEliminarMe parece un personaje muy diferente a lo que nos habían contado por eso me gusta más si cabe tu micro. Y lo que más de todo es la frase que dejas como colofón...
Muy bueno, bonita, eres una "mostra".
Besos y lo seguimos intentando.
Buenas Pulga.
ResponderEliminarYo creo que en un "cielo viejo que no está para muchos trotes" (me encanta la frase)es muy normal que surja algún que otro angel renegado.
Buen intento.
Saludos.
Gracias por tomaros la molestia de leerme y comentar chic@s, gracias!!!
ResponderEliminar:)
Creo que debe recibir el primer premio o no sé qué es lo que brindan allí, pero es un relato gigante.
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