Me lancé
con mi astro-
-labio
a surcar los mares
de tu piel.
Frágil envoltura
la mía:
no aguantó
tu mar rizada
ni la arbolada
de tus olas…
Ni siquiera
resistió el ímpetu
del viento de
tu boca…
¡Nada!
Zozobré.
Apenas comencé
a mojarme,
se inundó
mi corazón.
Se empapó,
henchido,
de gozo,
de espuma,
de sal…
encalló en tus
arrecifes y
se hundió.
No me importó.
Anegarme en ti,
Amor,
fue lo único
que me
salvó...
de un Naufragio
aún peor.
con mi astro-
-labio
a surcar los mares
de tu piel.
Frágil envoltura
la mía:
no aguantó
tu mar rizada
ni la arbolada
de tus olas…
Ni siquiera
resistió el ímpetu
del viento de
tu boca…
¡Nada!
Zozobré.
Apenas comencé
a mojarme,
se inundó
mi corazón.
Se empapó,
henchido,
de gozo,
de espuma,
de sal…
encalló en tus
arrecifes y
se hundió.
No me importó.
Anegarme en ti,
Amor,
fue lo único
que me
salvó...
de un Naufragio
aún peor.
-Pulgacroft-
Peores son los naufragios en seco, Pulga, mucho peores.
ResponderEliminarAbrazos.
Si te apetece compartir tus relatos, pásate por aquí:
ResponderEliminarhttp://280ypunto.blogspot.com.es/
Un saludo
Qué bonito, Pulga. Naufragios y barcos de papel...
ResponderEliminarBesos