Mis
dedos
hurgan
tu herida.
Mi lengua lame tus llagas.
Mi alma liba tu sangre:
elixir venenoso
que transforma,
que corrompe,
que altera
mis
(desp)Ojos
que supuran soledad,
mis oídos,
que no escuchan
los aullidos silenciosos
de la (ma)Nada y
mis labios,
que escupen
tristeza en bocas
que salivan sangre
que mana de la herida
que
hurgan
mis
dedos.
By Pulgacroft.
Tiene fuerza el contenido y la estética del poema.
ResponderEliminarUn abrazo, Pulga
Gracias Torcuato.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.