© Hirokazu Toda |
GLOBOS
Cuando le daban un globo, lo
estallaba. Nunca lo soltaba, nunca lo dejaba libre, al aire. No dejaba que
volara ni un segundo…
Siempre me pareció una niña rara, pero ahora me parece que su opción, después de todo, era la más acertada. Un globo por muy colorido que sea, no deja de ser sólo un poco de aire metido en una goma, así sin más. Solo eso, aire. Si fuera humo, al menos… que saliera del fuego de una hoguera… pero aire… menuda gilipollez. El aire sobra, lo tenemos todos, no hace falta encerrarlo en una goma de colores…
Siempre me pareció una niña rara, pero ahora me parece que su opción, después de todo, era la más acertada. Un globo por muy colorido que sea, no deja de ser sólo un poco de aire metido en una goma, así sin más. Solo eso, aire. Si fuera humo, al menos… que saliera del fuego de una hoguera… pero aire… menuda gilipollez. El aire sobra, lo tenemos todos, no hace falta encerrarlo en una goma de colores…
Estallar globos antes de que
vuelen. Eso sí es tener los pies en la tiera. Y si puede ser, no llegar a hincharlos.
Que no existan.
©SandraSánchez
#ViernesCreativo para el blog El Bic Naranja