NOTAS DE LECTURA
Narración en tercera persona que nos describe, escenas clave del ascenso del nazismo y su dominio en Europa, como la reunión secreta, en 1933, de Hitler con los más importantes empresarios alemanes (empresas que todos conocemos) en la cual son "invitados" a donar grandes cantidades de dinero que financiarán al partido nazi y cómo más tarde ese gesto sería recompensado con mano de obra gratuita proveniente de los campos de concentración. Muy interesante también la presión de Hitler sobre Austria, a través de la guerra psicológica mantenida con el canciller austriaco, Schuschnigg. Cómo se gana, a su vez, el silencio de los primeros ministros europeos, etc.
Y todo esto que podría parecer a simple vista un tema un tanto espeso, se me hizo (aparte de que la novela es corta, 144 páginas) muy entretenido y de lectura ágil por el estilo de Vuillard al contarlo. A mí me recordó a esa voz en off que acompaña a las imágenes en los buenos documentales, con el plus de que también nos va evocando la imagen de las escenas a la perfección, o a esas dramatizaciones de la radio que nos cuentan de manera excelente hechos de la historia.
Es una narración en forma de zoom, un acercamiento en primer plano a las escenas clave que cuenta esta novela.
Premio Goncourt 2017, no se trata de un ensayo histórico sino de la narración de unos acontecimientos dándoles una forma impresionista a medio camino entre el documental y la novela, en mi opinión.
Es una narración en forma de zoom, un acercamiento en primer plano a las escenas clave que cuenta esta novela.
Premio Goncourt 2017, no se trata de un ensayo histórico sino de la narración de unos acontecimientos dándoles una forma impresionista a medio camino entre el documental y la novela, en mi opinión.
Me ha encantado el estilo de Éric Vuillard y he disfrutado mucho de su manera de contar.Creo, también, que no está de más su lectura en estos tiempos que corren.
A mí me hizo reflexionar.
"Nunca se cae dos veces en el mismo abismo. Pero siempre se cae de la misma manera, con una mezcla de ridículo y de pavor. Y uno quisiera tanto no volver a caer, que se agarra, grita. A taconazos nos quiebran los dedos, a picotazos nos rompen los dientes, nos roen los ojos. El abismo está jalonado de altas moradas. Y la Historia está ahí, diosa sensata, estatua erguida en medio de cualquier Plaza Mayor, y se le rinde tributo, una vez al año, con ramos secos de peonías, y a modo de propina, todos los días, con pan para las aves".
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