Fotograma de la película de 1916 «Maciste alpino», de Giovanni Pastrone |
NATURALEZA HUMANA
Dotado de aquella extraordinaria
fuerza fue lanzando a todos los soldados de la tierra. Con el impulso,
atravesaban las capas de la atmósfera hasta salir despedidos al espacio
exterior. Era la misión que se le había encomendado y la cumplió con excelencia.
No quedó un solo hombre armado.
La tarea llevó mucho menos tiempo del esperado y al cabo de un par de meses ya
no había guerras en el mundo (no porque se hubiesen acabado, sino por falta de
efectivos).
Un método expeditivo y de bajo coste. Al fin, literalmente, el uso de la fuerza
fue empleado en pro de la paz.
Pero mientras el planeta
celebraba el logro, nuevas semillas de
egoísmo germinaban poco a poco en el corazón de los humanos.
©SandraSánchez
#ViernesCreativo para el blog El Bic Naranja, donde nos dan la imagen para que le pongamos las palabras. https://elbicnaranja.wordpress.com/2016/10/21/viernes-creativo-escribe-una-historia-162/
Por desgracia, falta muy poco para que todas las guerras se hagan con drones, robots y otros artilugios tecnológicos. No harán falta soldados para matar gente.
ResponderEliminarCierto zUmO, por desgracia...
EliminarGracias por acercarte.
Saludos!
Sandra.