EL BOSQUE DE PIZARNIK
Me gusta adentrarme en la Poesía de Alejandra,
perderme entre las hojas de su bosque y escalar
por los renglones de sus versos al azar.
No suelo leer, a menudo, enteros
sus poemas. A veces dejo que los versos solos,
sólo los versos, las frases, las ideas, las imágenes…
¡las palabras como hordas! ¡como lobas!
salgan a mi encuentro… Y me encuentran,
me asaltan, me doblegan,
me subyugan, me cautivan,
me conquistan…
y les permito devorarme,
porque yo ahí
-en el fondo de ese lobo-
soy feliz.
©SandraSánchez(Pulgacroft)
Hoy has elegido una poeta que ha removido mis esquemas.
ResponderEliminarResulta que ayer me llamó una amiga y compañera del instituto diciéndome que su madre se había quitado la vida. Ahora aparece Pizarnik y me recuerda un poema que me encantó en su momento (y que parece un adelanto de todo esto -y de su triste final-):
ALGO
noche que te vas
dame la mano
obra de ángel bullente
los días se suicidan
¿por qué?
noche que te vas
buenas noches
Casualmente, mi hija publicó en su muro uno de esos pensamientos que tanto proliferan por la red y del que me apropié inmediatamente para dar ánimos a mi querida amiga, porque yo me había quedado sin palabras. Lo adjunto (por si sirve) como antídoto puntual a toda esta locura de la muerte:
"Y ahora, princesa, ha llegado el momento de quitarse la corona y ponerse la armadura. La vida te está poniendo a prueba... Demuestra de qué estás hecha". (De Destino de Letras).
Ufff qué triste lo de tu amiga José Luis. No hay palabras para algo así.
EliminarA mí me gusta mucho Alejandra Pizarnik y reconozco que me llama ese sentido trágico de la vida que tan bien expresa en sus poemas, pero claro sólo como lectura.
El poema que compartes es muy bonito y sí, ciertamente parece un adelanto de su triste final.
Gracias por pasarte y por compartir José Luis.
Un abrazo,
Sandra.