Verba volant, scripta manent.

El rastro



Fue la dama más triste de París.
Vitoreada en muchas ocasiones, fue temida por algunos y respetada por todos. Alcanzó el éxito y conoció la fama, pero también la soledad.
No fue feliz. Durante toda su vida no hizo más que preguntarse por qué estaba tan sola si tantos hombres habían perdido la cabeza por ella y, también, alguna mujer. Siempre se preguntó por qué nadie se había quedado a su lado…
Y es que, todos ellos, tan sólo le dejaban un tenue y sutil rastro rojo que Madame Guillotine nunca supo cómo seguir.



11 comentarios:

  1. Temida y respetada. Siempre contradictorios.

    Aleteos!

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  2. Jejejejeje. Acabo de terminar Historia de dos ciudades, de Dickens, y tengo muy recientes las andanzas de Mme. Guillotine, así que me ha encantado encontrarme con tu relato. Genial
    Besotesssssssssss.

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  3. Siempre me sorprendes con finales inesperados jajaa

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  4. Pues antes de terminar adiviné a quién te referías. Y sí, representa las dos caras: el porder y la falta de él.
    Chao

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  5. Siempre ...el poder las palabras....que sabes como atraparnos con ellas....me ha gustado mucho....
    Un saludo a Jurulina..un placer conocerla..y leer su post...

    Abrazos siempre ..buenos días..y muchas energía....
    hasta la sonrisa!!!

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  6. La cara y la cruz, como todo en la vida. Sutil.
    Cada vez que voy a tu blog me sale error de página.
    Saludos,

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  7. Quizá sus comentarios fueran un poco demasiado agudos (afilados).

    Besos.

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