Verba volant, scripta manent.

La flor de mi orquídea

La flor que se resiste de mi orquídea


Esta mañana, me he encontrado a la flor de orquídea a la que ya le tocaba irse, desprendida de la vara y recostada en el hueco que forman las hojas verdes de la planta, como si éstas fueran una cuna, como si en sus últimos momentos, la flor, se hubiera agarrado a los brazos de su madre, como si se hiciera la dormida, como si no quisiera irse, o no quisiera irse del todo todavía.




6 comentarios:

  1. Es difícil la despedida.
    Un abrazo.

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    1. Siempre, Alfred, y casi en cualquier circunstancia.
      otro para ti!

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  2. Eso me suena. ¡Y me sorprende! Las leyes de las estaciones y de las plantas -las relaciones entre unas y otras- son siempre maravillosas. Cuando menos te lo esperas, zas, la flor. Pues eso, ningún día si una sorpresa, sin una línea de escritura (o de observación)

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    1. Sí, Fackel, son esos momentos (sobre todo los de la aparición de la flor) en los que pienso que sí, que la Naturaleza está bien hecha, que hay un orden en todo. Luego, cuando veo la muerte y la desaparición (tan cruel a veces) es cuando me entran las (peores) dudas. Pero es bueno tener la capacidad de dejarse sorprender, si puede ser, hasta el final.
      Abrazo!

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  3. Bella foto. Casi se huele y todo.
    Salu2.

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