Cada
vez me gustan más los libros que hablan del ser humano: de su naturaleza, de su
condición, de cómo se comporta... ya sea
en primera persona - como es el caso de éste- o en cualquier otra. Cada vez me
interesa menos la historia que cuentan y mucho más el cómo lo cuentan. Cada vez
menos el final y más el desarrollo. Y todo esto que me interesa se da en
"Tus pasos en la escalera" de Antonio Muñoz Molina, que empecé a leer
por casualidad (estaba en novedades en la biblioteca de mi barrio y lo saqué)
justo al comienzo de este confinamiento.
Y el caso es que esta novela tiene bastante que ver -supongo, claro, que
sin pretenderlo el autor que qué iba a saber él de estas circunstancias cuando
lo estaba escribiendo- con esta situación que estamos padeciendo: una especie
de "fin del mundo" (esperemos que no llegue a tanto aunque yo sí
espero que sea el fin, en muchos aspectos, del mundo que estábamos creando
hasta ahora) que nos hace estar en casa. Muchos de nosotros, este
confinamiento, los hacemos en soledad y enfrentándonos a nosotros mismos (lo
cual, creo, que es algo bueno dentro de todo esto malo).
El
"fin del mundo" al que se refiere el autor no es un fin inmediato de
esos que vemos en las películas sino que se refiere más bien a ese deterioro a
todos los niveles que podemos apreciar sólo con ver un telediario.
El
protagonista espera, "casi confinado" en la casa de Lisboa a la que
se ha mudado, la llegada de su esposa
desde Nueva York que no sabe qué día va a ocurrir. Mientras pasan los días y
espera, cuenta cosas; cuenta cosas de sí mismo, de su vida en pareja, de las
situaciones a las que se enfrenta en esa nueva ciudad donde no conoce a nadie.
Por única compañía: Luria, su perra, y a sí mismo y sus pensamientos.
Me
encantan los libros que me hacen reflexionar y que cuentan cosas (por supuesto
bien contadas) y me da un poco igual lo que cuenten con tal de que me interese
y de que me atrape la forma de contarlo.
"Tus
pasos en la escalera" es la última novela de Antonio Muñoz Molina, autor
del que me ha gustado todo lo que he leído, y es una novela
"inquietante", psicológica, introspectiva...
Me
ha gustado mucho y quizás, estas circunstancias tan especiales por las que
estamos pasando le han dado el escenario perfecto para que conectase más aún
con ella.
Así
empieza:
"Me
he instalado en esta ciudad para esperar en ella el fin del mundo. Las
condiciones son inmejorables. El apartamento está en una calle silenciosa. Por
el balcón se ve a lo lejos el río. El río se ve también desde la pequeña
terraza de la cocina, que da a jardines y a balcones traseros de la calle
contigua, a miradores con barandas de hierro en las que hay ropa tendida,
ondeando en la brisa. al fondo de la calle, más allá del río, está el horizonte
de colinas de la otra orilla y el Cristo con los brazos abiertos como a punto
de levantar el vuelo."