Verba volant, scripta manent.

CORRESPONDENCIAS


No temas nada,
No te corresponde.

Yo le daré la vuelta
Al sentimiento
Como se da la vuelta
A un calcetín.
Te amaré al revés,
Para adentro,
Como se ama lo prohibido.
Te amaré unilateralmente
Para que nadie te culpe,
Para que nadie eche en falta
Una parte de ti.

Eso sí,

Te dejaré el amor en el buzón
Cada mañana
Como la suscripción a una revista.
Lo haré con sigilo,
y en silencio impenitente…

No digas nada,
No te corresponde.

Sólo espero no encontrarme
Carta tuya con el sello más temido:

“devolver al remitente”.


-By Pulgacroft-







IMPETU


Al llegar a casa exhausto y con un hambre atroz encontró la nevera vacía, la despensa desierta, la alacena sin nada... Tan sólo encontró lleno el cargador del revólver... y se pegó un tiro con bulímica avidez. Al fin y al cabo, de alguna manera había que matar el hambre.


By Pulgacroft.



LORENZO



Cuando  Lorenzo vino al mundo su madre supo que había nacido una estrella.
De cabello rubio y mirada refulgente, Lorenzo no pasó nunca desapercibido. Si bien no triunfó en el sentido exitoso de la palabra, los aspectos personales de su vida que, al fin y al cabo y a su juicio  eran los más importantes, brillaron con luz propia; así que  puede decirse que Lorenzo tuvo una vida radiante.
Buen esposo y padre adorado por sus hijos Lorenzo sabía como hacer que todo volviera a la calma después de una tormenta familiar o entre amigos, teniendo siempre ese abrazo caluroso y ese consejo que ayudaba a iluminar y a despejar las nubes en los problemas de los demás.
El prematuro eclipse de Lorenzo llegó con unas manchas en la piel y cuando su luz se apagó para siempre las llamas transformaron en polvo  su cuerpo.


Sólo su madre entendió por qué en el momento de esparcir sus cenizas por el campo, éstas  dejaron  una estela brillante,  como si fueran la cola de un cometa…

Texto by Pulgacroft.



"Todos somos polvo de estrellas" (Carl Sagan)




La realidad, mi realidad al menos



La realidad, mi realidad al menos,  es una oscuridad sin grietas, es ese aire viciado de rencor que respiran nuestros cuerpos cuando están juntos. Mi piel desprende el hedor del engaño cuando te siento a mi lado…se vuelve lija si me rozas…si tus manos, en un descuido, se posan sobre mi vientre.
La oscuridad es tan densa que no alcanzo a ver la esperanza del mañana, tan solo una polilla que rompe el silencio asfixiante de la noche se lanza por instinto contra la luz, contra una débil luz que acabará por matarla…y su cuerpo feo e insignificante me recuerda  lo que queda de lo que fuimos.
Me encojo  en mi lado de la cama mientras alcantarillas rebosantes de reproches se desbordan por el suelo y subo los pies de un salto, asqueada por tocar esa mugre de acusaciones y culpas  que se esconde  bajo la alfombra. Me acurruco así, cubierta con mantas de resignación helada que no tapan la pena, que congelan los huesos y la voluntad, que no quitan ese frío, viscoso como una anguila,  que se adhiere a mi alma.
Mientras,  tú, ajeno a mi nausea… duermes.



La estatua humana

Se abre el día y comienza la función. Entrada libre, sesión continua. Pupilas que miran, ojos que no ven. La estatua representa in extremis su obra yacente: la mirada se pierde en el infinito, sin brillo. Imposible no volver la cabeza hacia ella. Infima existencia de un día que concibe arte perfecto. Y la gente, sorprendida por el realismo de la quietud hierática, contempla la belleza…
Pasan las horas, el ajetreo constante envuelve a la efigie de soledad acompañada mientras caen las monedas que colman el sombrero.

Mucho más tarde, en la oscuridad de la noche,  el barrendero se detiene un momento frente a la imagen. Se acerca, se agacha, observa, toca…

Todos miraron, nadie vio. El rígor mortis pone el broche final al acto.



LOS JARAWAS



Los Jarawa son una tribu milenaria de las islas Andamán (India) y apenas quedan unos 300 miembros de ella.
Las investigaciones  genéticas demuestran que las poblaciones nativas de la zona han permanecido genéticamente aisladas desde hace entre 50.000 y 70.000 años. La principal amenaza para ellos es la invasión de su tierra, desencadenada por la construcción de una carretera a través de la selva en los 70.

La vía ha traído colonos, furtivos y madereros, que cazan a los animales de los que se alimenta la tribu, recortan su territorio y les exponen a enfermedades.
Para prohibir la desaparición del pueblo, el gobierno de la India ha prohibido la interacción con ellos. Tiene previsto un incremento de la zona boscosa y el espacio marino para que puedan tener mayor acceso a los recursos naturales y alimentos que garantizan su subsistencia.
Promete poner fin a los paseos de miles de turistas que eran conducidos a las islas por turoperadores para observar de cerca a los miembros de la tribu.

...Y por una parte (cartel incluído) ¿no suena esto un poco a zoo humano?, ¿o tal vez los Jarawa son unos privilegiados viviendo aislados del resto del mundo...?




Cómo el amor no transformó el mundo. Ignacio del Valle

Cómo el amor no transformó el mundo. Ignacio del Valle

NOTAS DE LECTURA

"Cómo el amor no transformó el mundo" es la segunda novela que leo de mi paisano Ignacio del Valle y me ha gustado. La primera suya que leí fue "El abrazo del boxeador" que, tengo que decir, me gustó un poco más que ésta.

El libro es una novela coral, donde la vida de varios personajes se entrecruzan, personas jóvenes con todo un futuro por delante pero con un presente donde la búsqueda de la felicidad a través del amor y de la pareja es constante. La novela se desarrolla en Madrid y al autor da a veces referencias de los lugares donde viven o que frecuentan los personajes, lo que ayuda a situarnos en un sitio y en unas condiciones que seguramente nos serán bastante cotidianas.

Lo que Ignacio del Valle nos cuenta en "Cómo el amor no transformó el mundo" no es nada nuevo, tampoco creo que su objetivo sea innovar nada sino más bien redundar en lo que la realidad le quita al amor, en que nos detengamos un poco en ver la realidad del amor y no la magia que tantas veces nos vende el cine o la literatura. Nos da una visión actual y real de lo que son hoy en día las relaciones amorosas entre las personas de una gran ciudad.

Poco más puedo añadir que lo que el propio autor cuenta sobre esta novela: "Los protagonistas de esta novela son conscientes de que la felicidad es algo que siempre se paga, pero, aún así, continúan buscándola en una vorágine de deseos, traiciones, dependencias, amores y desengaños. Hombres y mujeres, amantes y amigos que, unidos por sus soledades, se entrecruzan formando un mosaico delicado y violento, en el que lo más parecido al paraíso es la gente que quieres. Al igual que el infierno."

En mi opinión, es un libro interesante de leer sobre todo por las reflexiones que hace el autor sobre la naturaleza humana a través de los personajes de su novela:
"El tiempo lo cura todo. Otra milonga. El tiempo no cura nada. O cura lo que ya no importa. El tiempo es precisamente lo que nos hiere. 
Noches en vela. Apatía. Distracciones constantes. Pensar en lo que se dijo, en lo que se va a decir. En lo que se debería haber dicho. Mirar el horóscopo. El tuyo y el de él. Idealizarlo. Ver su rostro en cada rostro. Euforia. Bajones. Hablar sola. No comer. Beber en exceso. Vigilar el teléfono. Autocompadecerse. Hablar de tonterías. Írsete la bola. Pensar en lo que ella pensaría. En qué estará haciendo. Con quién. Llorar. Oír canciones tristes. Pensar en no pensar. Pensar en pensar en no pensar. No dormir. No vivir. Eso es lo normal en el desamor. 
Aunque, en realidad, fue mucho peor. Mucho. Una profundidad peor.
Porque era el miedo."

El estilo de Ignacio del Valle es sencillo, directo y reflexivo. 

"Cómo el amor no transformó el mundo" es una novela que se lee muy bien, corta (son 200 páginas), entretenida y de esas que en muchas ocasiones te hacen pensar. No es una obra maestra, tampoco lo pretende.



ASÍ COMIENZA ESTA NOVELA:

"Tú y yo sabemos lo que va a pasar. Nos vamos a ver, nos vamos a gustar, terminaremos acostándonos, viviremos un tiempo entre nubes, nos diremos cosas que más tarde nos darán vergüenza, pero al final todo acabará estropeándose y nos romperemos el corazón."




HAIKU VI


"Aunque estés lejos,
como la herrumbre al hierro
te ama mi cuerpo."

Imagen y texto by Pulgacroft




LA AUTOESTIMA: UNA CABRONA "DE CUIDAO"


A mí la autoestima no me cae bien, le tengo cierta tirria, ¿por qué? Pues porque La autoestima es como ese tío en américa, que todo el mundo tiene uno pero nadie lo vio, y además a mí las cosas que empiezan por “auto”no me dan confianza: “autoinstalable”…¡mentira! No existe nada que se “auto instale” solo, “auto limpiable”…sí ya…cómo no vayas detrás con la bayeta…

Otra cosa por la que no me gusta es porque yo soy muy de términos medios, y la autoestima es muy radical: o la tienes alta o la tienes baja, si está en el medio es que no la tienes (lo cual dicen que es malo, pero yo creo que algo que se tiene ahí sin molestar y sin que te enteres de que está no puede ser muy malo, vamos, como la pelusilla de detrás del frigorífico que oye buena es verdad que no es, pero mala, mala…¿a ver a quién le molesta…?). Pues lo que iba diciendo, si tienes la autoestima alta, parece que es bueno, pero la autoestima es muy traicionera y de puñaladas traperas, cuando estás tú ahí que te vienes arriba porque la autoestima está por las nubes…viene la Vida (otra “peazo” cabrona, pero de ésta ya hablaremos ya…) y ¡¡ zas!!  te baja de un empujón, y es cuando te quedas con una cara de gilipollas que no veas…y da igual que le quieras echar la culpa a tu autoestima alta que la muy zorra, oye, se esconde y no hay quien la encuentre para ponerle las cosas claras…

Luego está el otro caso, el de la autoestima baja y éste es todavía peor, porque cuando la tienes alta…hasta que la Vida se da cuenta pues puedes disfrutar algo… pero con la autoestima baja no hay nada que hacer, lo ves todo de color negro…y es un coñazo porque por mucho sol que haga, tú ahí en el túnel…y cuando por fin ves la luz al final…no piensas que lo estás superando sino que estás muerto…así es la autoestima baja de "revientafiestas".
Si tienes la autoestima baja es mucho peor que tener la prima de riesgo alta, porque la prima de riesgo no deja de ser parienta lejana pero la autoestima…¡ayyy! la autoestima es como tu hijo, que ya puede tener 30 años que lo sigues teniendo en casa...y encima, ya digo,si la tienes baja es una mosca cojonera que no deja de “porculizar”, te deja hecho una piltrafilla…y si lo comentas, nadie te hace caso: “ufff tengo la autoestima baja….pues yo tengo el colesterol por las nubes…y ni con pastillas…eso tuyo no es nada, sal a tomar algo y a bailar ya verás…lo malo de verdad es el colesterol que te inflas a pastillas y a pescado cocido y no baja…”También puede ser que tengas el colesterol alto y la autoestima baja, sí, hay de todo, todo es empeorable, por eso si sólo tienes la autoestima baja, dentro de lo que puedas tienes que sentirte bien.
Y es que es así, siempre es mucho peor lo cuantificable en análisis: el colesterol, la diabetes, el ácido úrico….pero ¿la autoestima?, ¿qué?, ¿cómo la medimos?...por eso los demás (generalmente los que tienen “autoestima-pelusa” ya sabes a los que no les molesta) no le dan importancia…lo que no se ve, no existe (¿ves?...como la pelusa de detrás del frigo).

Tengo una amiga que le han dicho que la tiene baja (¡ojo! Esto es malo, eso puede ser que tú estás conviviendo ahí tan ricamente con la pelusa del frigo y de repente llega un supuesto amigo a ponértela delante de la cara, pues oye, no mola….) y como yo estaba pensando que también la tengo baja, pues que a ver si se hacen amigas, salen las dos juntas y así nos dejan un poco en paz…pero seguro que la suya no quiere saber nada de la mía y luego me viene “pa” casa llorando como siempre…(¿veis?, Ya está la autoestima “porculizando”…qué cabrona…)


-By Pulgacroft-





POR LA PUERTA GRANDE (microcuento)

Le hicieron un pasillo y le sacaron a hombros por la puerta grande.
Todo sería perfecto sin en lugar de ser el muerto fuera torero...

-Pulgacroft-



Invisible pero cierto




Una ciudad entera vive en mi cabeza, con sus calles, con su tráfico, con sus casas, con su gente.Ruidosa, estridente, brillante y agobiante que bulle, que grita, que entorpece mis pasos. Una ciudad infame que sangra pecados desde el asfalto caliente... Que gime cuando la miro y ríe cuando la sueño.
Una ciudad infinita de luces y de espejos rotos me desgarra por dentro y me aplaude por fuera, me sacrifica en la cruz  de su locura.
Me degrada y me eleva, me engulle...
A veces soy el vecino del quinto que no para de gritar, otras la vieja del tercero que vive sola y sin esperanza o el pianista del segundo que se traga sus propias teclas.
Me paseo por la calle y no me ves, soy un fantasma de sábana roída y cadenas oxidadas. La gente tiene prisa, no se para, ni escucha, ni mira, ni vive, ni toca…ni siente...sólo mastica lodo.
Soy el niño de la mano del abuelo o la niña del portal de enfrente que quiere ser mayor a toda costa.
Las ruedas de los coches me atropellan los pies y no grito, solo callo, paso  el dolor con píldoras de Fe…
Cuando llueve me refugio en los soportales, pero sigue rezumando humedad por todos lados. Una humedad que cala los huesos que no tengo , que se rompieron hace tiempo como el cristal de la ventana de tu escaparate.
Me acuesto entre noticias de política corrupta, de cobardes malos tratos, de deportes anestésicos, de cifras envenenadas…y apago la luna hasta mañana.






El valor de la amistad

- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor; solicito permiso para ir a buscarlo- dijo un soldado a su teniente.
- Permiso denegado- replicó el oficial.
No quiero que arriesgue su vida por un hombre que probablemente haya muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
- ¡Ya le dije que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿valía la pena ir allá para traer un cadáver?
Y el soldado moribundo respondió:
- ¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:
- Estaba seguro de que vendrías.




Leído en un calendario.
Imagen sacada de Internet.



OSADÍA




A Blancanieves le crecieron los enanos.
Luego, junto al príncipe, montó un circo.
("Pa" chula ella).



By Pulgacrofrot
Imagen: Tom Bagshaw - Snow White



SOLEDADES (I)




Vivo en un sótano de cañerías rotas
Que rezuman soledad
Por todos lados.
De paredes desconchadas
Que ya no tapan el olvido.
De suelos fríos,
 De techos altos.

Vivo en un sótano de sábanas
Roídas por la rabia,
De esquinas sombrías
Donde crece la añoranza.
De espejos viejos,
De cama helada.

Y al otro lado de la puerta
Está la Vida que me llama,
¡Que me invita a que la viva!
Y yo aquí, como si nada…


By Pulgacroft
Imagen: One century of loneliness (Announi Abdelali)




SOLO POR DENTRO





Alimento mi furia
con versos esquivos,
conserva  de tela de mono
pegada a la piel.

Sustento mi rabia
con saña de verso,
converso de todo
y de nada…al revés.

Alimento mi adentro
con letras que leo
en  horas de sueño,
que robo en un tren.

Me vuelvo silente converso
con cuerpo alienado,
versado en enojos
que nutren mi rabia…
y mi furia también.


By Pulgacroft
Imagen de "Metrópolis" de Fritz Lang.



ARTE PERTURBADOR: OPHELIA de John Everett Millais



Cuadro perturbador donde los haya (por lo menos para mí) es el "Ophelia" de Millais (1851-1852), una de las obras más emblemáticas (si no la que más) del Movimiento Prerrafaelita.


















Un grupo de artistas (pintores, escritores y escultores) entre los que se encontraban Millais y Rossetti (los dos hermanos, unos pintor y otro escritor) entre otros, fundaron en Inglaterra, en 1948, una hermandad secreta: el Movimiento Prerrafaelita, para huir del puritanismo, la doble moral y los postulados de la Epoca Victoriana.
Se inspiraron en la Edad Media y siguieron en cierta medida las ideas de los Románticos. Volvieron al detallismo y al colorido luminoso de los artistas anteriores a Rafael. Su temática principal la encontraron en  el mundo encantado, temas históricos y religiosos y también en la Divina Comedia.
Un tiempo después, el Movimiento se dividió en dos direcciones: una Medievalista (a la que pertenecía Rosetti) y la otra Realista (a la que pertenecía Mallais).
Ambos estilos fueron fundamentales para el desarrollo de la modernidad clásica del siglo XX.


La "Ofelia" de Millais, está inspirado en el personaje ficticio del "Hamlet" de Shakespeare.  Ofelia, después de la muerte de su padre se vuelve loca y sube a un árbol. Una rama se rompe y Ofelia cae a un arroyo donde se ahoga.

Encuentra Millais en el río Hogsmill la inspiración para recrear este arroyo y Elizabeth Siddal es la modelo que posa pacientemente para el cuadro, una joven modista que trabaja en una sombrerería en Londres.

Parece ser que Elizabeth se sumergía a diario en la bañera de la casa de Millais con unas velas bajo la bañera para mantener la temperatura, hasta que un día Elizabeth enfermó ya que las velas se había apagado y ella no quiso molestar al pintor. El padre de Elizabeth obligó a Millais a pagarles el médico pero la joven no volvió a posar para Millais.

"Ophelia" se expone en la Tate Gallery de Londres.

El cuadro me resulta perturbador por lo fantasmagórico que hay en él, por la presencia de la Muerte en una Naturaleza también un tanto siniestra...por la expresión de la joven con los labios entreabiertos y la mirada perdida, por la flores que se escapan de sus manos inertes. El cuadro en sí me provoca rechazo y atracción a la vez, porque es como si la Naturaleza se hubiera aliado con la Muerte para llevarse la Vida y la Belleza sin mostrar piedad alguna, como si el Agua quisiera limpiar la huella de la Muerte y en susurros nos recordara la fragilidad de lo que Somos...



Sirenas de barco (Recuerdo Infantil)



Siendo yo muy pequeña, oía desde la cama el sonido de la sirena de los barcos.
Era un sonido grave, corto, intermitente, diría que incluso lastimero pero magestuoso. Uno de esos sonidos con personalidad.
Me gustaba mucho escucharlo porque eso significaba que era verano y que estaba al lado del mar.
Lo escuchaba casi todas las mañanas, al despertarme, y el sonido me hacía pensar en barcos enormes que venían de países exóticos cargados de sabe Dios qué misterios.
El “canto” de aquellas enormes sirenas me hacía sentir segura, la grandeza de los barcos a los que pertenecían me protegían desde la costa.
Escuchaba yo en silencio y nunca dije nada a nadie de lo que me hacían sentir ni preguntaba nada sobre ello, como si esos barcos me hablasen sólo a mí y yo debiera guardar el secreto…

Una mañana, muchos años más tarde, escuché el mismo sonido y me quedé callada muy atenta…no tuve la menor duda y la certeza cayó sobre mí como un jarro de agua fría. ¡Ni siquiera estaba yo en un lugar de costa!
El sonido que yo había identificado rápidamente como una de aquellas sirenas, provenía... del  motor de una lavadora.

Aun así, muchas mañanas cuando me despierto, sigo oyendo aquellos barcos hablándome de largos viajes a países imposibles, de su llegada a mi puerto...aunque no haya costa y el mar quede muy lejos.


AVISO IMPORTANTE

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