El abandono se ha colado
por debajo de la puerta.
Poco a poco.
Lo ha ido inundando todo
sin que te dieras ni cuenta:
Taimado y sigiloso
el abandono viste la rutina
de destino acomodado,
a la espera
de lo que nunca llega.
El abandono es el pijama
a deshora, es la pasión
recalentada en un microondas;
el abandono no es singular
son horas, días
de sofá y
telebasura plural.
El abandono es tan mullido
como un colchón de látex
que se mece en una telaraña.
El abandono te adormece
en el líquido amniótico
del confort más venenoso.
No luches, ni lo intentes.
Sigue en la ilusión
de hacerte
el muerto: flota.
©SandraSánchez(Pulgacroft)
Fotografía: Gregory Crewdson