La luz al
final del túnel me arrastró fuera.
Al salir, me sentí querido, mimado,
protegido, pero la sensación duró lo que dura la brevedad de la infancia.
Continué por un laberinto lleno de recovecos. Descubrí las letras y las
ciencias, mi piel se llenó de acné. Deambulé por allí, perdido, casi sin saber
quién era yo todavía…avancé encontrando gente a mi paso: extraños que
simplemente se cruzaron en mi camino, personas que fueron mis amigos…algunas,
las menos, se quedaron hasta el final de mis días.
Cambió mi
cuerpo, se transformó y alguien se quedó con la mitad de mi corazón; me cegó el
amor: palpé estancias de paredes desconchadas, deprimentes y opresivas que me
lo destrozaron, pero también hubo otras que carecían de techo desde donde pude
ver la luz del sol y al fin oír el llanto de mis genes convertidos en nuevos
seres y luego otros que salieron de esos mismos.
Se aceleró el
tiempo, se arrugó mi piel, blanqueó mi pelo…
Ahora, con el
cuerpo abotargado y un miedo cerval, de nuevo continúo hacia delante sin saber
a dónde voy ni lo que hay después…arrastrado, al final de un túnel, por la luz.
-Pulgacroft-
Microrrelato
del mes de Junio para el blog Esta Noche Te cuento (ENTC):
http://estanochetecuento.com/105-la-vida-pulgacroft/
Con el tema
del mes: "En el laberinto" y un máximo de 200 palabras.