“…Él por supuesto…, sí…el rojo, ya sabes que es nuestro mecánico de confianza … como siempre, Lorena…querida…por supuesto... yo no dejo mi “baby” a ningún taller, mi “baby” es lo más importante para mí…” -Le decía por teléfono a su amiga-
Y al escuchar esta conversación, su marido, entristecido, decepcionado y con las manos llenas de grasa de motor, por fin entendió cómo una mujer de su posición había podido dejar a Borja por él...
By Pulgacroft
Todo consiste en saber qué tornillo apretar.
ResponderEliminarMuy bueno Tawaki!
ResponderEliminar;)