MAR DE HOJAS
Me ahogué en un mar de hojas
secas
que trajo de repente un
vendaval
en plena calle.
Yo, que nunca supe nadar contra
la muerte,
me hundí bajo sus olas
amarillas.
No alcanzaron los brazos
retorcidos de los árboles
a rescatarme, ni encallé yo en
sus arrecifes.
Sucumbí a la arbolada del otoño
y
ahora mi cadáver flota por las
aceras abandonado,
a la deriva.
Sólo espero que antes de que se
lo lleve
el barrendero en uno de sus
cubos negros
llenos de basura y hojas muertas,
se lo trague-por lo menos -
una ballena luminosa de neón,
aunque no exista.
©SandraSánchez(Pulgacroft)