Verba volant, scripta manent.

Balanza

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared pasaron cinco años. Cada día de esos cinco años que lo intentamos fue un intento fallido.
-La muerte pesa demasiado para colgarla en el salón-, me decía mirando la foto de nuestro hijo desaparecido. Yo le observaba y no veía más que a un padre derrumbado; ya no quedaba nada del marido seguro de si mismo, alegre y optimista que había conocido.
Le di  el martillo y la alcayata, y encajé  la pena como pude, en la caja de herramientas.
Todavía hoy, veinte años después de aquel día,  me pregunto si al final pesa más la muerte…o la vida.





En el autobús...

...que me lleva al trabajo cada mañana coincido muchas veces con dos personas: un abuelo y su nieto. El niño va de uniforme y tendrá unos 8 años, el abuelo tiene unos cuantos más y no va uniformado.
Cada mañana cogen el autobús en la misma parada. El niño entra delante. Con paso ligero y alegre corre entra las personas que estamos ya dentro y se agarra a la barra cogiendo sitio para su abuelo, que llega detrás de él con paso más lento e inseguro.
El niño carga sólo con su alegría y sus pocos años, al abuelo le pesan los suyos un poco más y lleva consigo una mochila con ruedas llena, supongo, de material escolar...
Cuando bajan del bus, el nieto salta seguro, el abuelo baja detrás sujentándose a la puerta, dentro de poco quizás tenga que apoyarse en el niño...
Cuando los veo, no puedo evitar una sonrisa y pensar que, nunca tengo demasiado claro si es el abuelo el que lleva al nieto al colegio...o al revés.



Lápidas

Pasaron otros nueve años y te volví a encontrar...pasaste de nuevo por delante de mi puerta, pero seguiste de largo, esta vez no me viste, pero yo sí te vi a ti.
El olor a flores era intenso y lo inundaba todo. Te reconocí detrás de tus gafas de sol.
Despedías a esa persona en la que creías haberme encontrado a mí...pero no era yo.
Te vi agacharte y depositar flores a su puerta.
Te fuiste por el camino por el que habías llegado y volviste a pasar por delante de mi puerta...
Tampoco esta vez te paraste delante.



Cuerpos



Cuerpos que andan, que ríen, que lloran,
Cuerpos que sienten, que corren, que mienten,
Cuerpos que comen, que beben, que duermen,
Cuerpos que aman, que gozan,
Cuerpos que sufren.

Cuerpos que miran, que oyen, que escuchan,
Cuerpos que ven, que cantan, cuerpos que gustan,
Cuerpos que duermen, cuerpos que sueñan,
Cuerpos que roncan, que rondan
Cuerpos que tocan.

Cuerpos que hablan, que dicen, que gritan,
Cuerpos que esperan, que llegan, que marchan,
Cuerpos que venden, que compran, que cambian,
Cuerpos que odian, cuerpos que matan,
Cuerpos que callan.

Cuerpos que dan, que toman, que roban,
Cuerpos que curan, que rezan, que abrazan,
Cuerpos que ayudan, cuerpos que pasan,
Cuerpos que engañan.

Cuerpos que dudan, cuerpos que actúan,
Cuerpos que ofrecen, cuerpos que crecen,
Cuerpos que nacen, cuerpos que mueren,
Cuerpos presentes, cuerpos ausentes,
Cuerpos…sólo somos cuerpos.



Imagen: Spencer Tunick "NewcastleGateshead 9" (BALTIC Centre for Contemporary Art) 2005



D-funciones administrativas

Fueron recogiendo su partida de nacimiento, el libro de familia, el DNI, su pasaporte-como era de los que viajan lejos, tenía pasaporte-, la tarjeta de la seguridad social, el modelo 600 de autoliquidación del impuesto de trasmisiones patrimoniales de cuando hizo aquella sociedad civil, la escritura del piso que al final logró pagar junto a su mujer, la radiografía de su pierna derecha que se rompió jugando en la playa de la manera más tonta y nunca había querido tirar, recogieron incluso el plano de una pequeña finca que una vez tuvo que presentar en el catastro después de heredarla de su padre; las cinco últimas declaraciones del IRPF (en la última le salía a devolver) e incluso, el último informe de vida laboral que el Ministerio de Trabajo le había remitido (visto ahora parecía más un epílogo que otra cosa). El certificado de defunción fue lo último que introdujeron en la caja.
El traslado por el largo pasillo acompañado sólo por el sonido de teclados y fotocopiadoras a modo de enlutadas plañideras, se hizo largo y lento.Por último,metieron todo en la trituradora y poco a poco su vida de papel se fue deshaciendo en tiras…mezclándose cantidades con fechas, números con letras…Cuando terminaron, recogieron toda aquella burocracia símbolo de una sociedad civilizada…y la incineraron.
Depositaron las cenizas en una pequeña urna que colocaron en la planta 3ª izquierda, primer pasillo, estantería 2ª, en la letra D.




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