La fotografía en el siglo XIX era prácticamente un lujo del que no se podía hacer derroche sacando más copias de las justas, así que una técnica muy utilizada en la época era la de la "Madre oculta" o "Hidden mother", la cual consistía en que el bebé o niño posase en el regazo o delante de la madre pero con ésta tapada con el fin de que el niño o bebé no se distrajera y se mantuviera lo más quieto posible durante la larga exposición de la cámara.
El truco estaba en que luego, el fotógrafo en la fase final, ocultaba toda la fotografía con una marco de cartón de manera que sólo quedaba visible el niño, pero la realidad era que la fotografía original no podía ser más espeluznante...
Parece ser que también se empleaba esta técnica con niños algo mayores para transmitirles tranquilidad (sí, sí, has leído bien: tranquilidad).
La verdad es que me gusta mucho ver fotografía y especialmente fotografía antigua, pero esto junto con los daguerrotipos que se hacía a los muertos también por esta época (ya dedicaré otro post otro día que todo junto puede ser muy fuerte) es de lo más tétrico que he podido disfrutar...jeje...
Y pregunto yo, ¿quién les decía luego a estos niños que los fantasmas no existían...?