PERDIDAS
Cuelgan de las cuerdas de la
del quinto desde que las arrojé por la ventana por impulso, en un arrebato que
no me pensé dos veces.
Y ahora, cada vez que me asomo a tender mi ropa las veo; decoloradas por el
sol, ajadas por la lluvia, resecas por el viento… y ahí siguen, como andrajos
que sólo yo sé reconocer.
De cómo eran los primeros años ya casi ni me acuerdo, sólo sé que relucían
resplandecientes.
Pero las ilusiones son así, tan resistentes a hipotecas y recibos y, sin
embargo, tan susceptibles al olor de
otro perfume en el cuello de tu marido.
©SandraSánchez
Relato con el participé en la
semana 33 de los Relatos en Cadena de La Ser. Frase obligatoria de inicio:
"Cuelgan de las cuerdas de la del quinto" y 100 palabras máximo, sin
contar título ni frase.