Nuestra galaxia se reducía sólo a nuestras dos estrellas.
¿Lo demás?... un gran
agujero negro de vacío que lo devoraba
todo, nuestra pequeña luz, nuestra ínfima existencia. Hasta que un día sin horas y sin sentido quiso
la casualidad que tu nebulosa se cruzara con mi atmósfera…y nuestras estelas se
mezclaron. Los ojos de tu cometa le dieron luz a mi pequeña estrella opaca mientras
nuestras bocas seguían la órbita programada por el destino. Y en un milisegundo
se produjo el choque, la fusión, la
apoteosis primera del comienzo y el fin, el alfa y el omega unidos en la eternidad de nuestro espacio, la
explosión… ¡el big- bang!
Partículas de besos ingrávidos se expandieron y formaron un
pequeño universo, pequeño sí…pero Nuestro.
¿Y todo lo demás?...qué importaba ya todo lo demás…