Nada

NADA

Subió los diez pisos hasta la azotea y se arrojó al vacío. Justo antes del impacto, se dio cuenta de que estaba dormido en aquella cama de hospital y de que la única movilidad que tenía seguía siendo la de sus párpados.Chocó contra el suelo y disfrutó durante una centésima de segundo, de la liberadora caricia de la muerte sobre su cuerpo.


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