Letricidios premeditados

Soplaron vientos llevándose la ropa del bosque viejo; quedáronse los árboles vestidos de tristeza. -Pulgacroft- Fot...

Inmediatamente pedí que cerraran la tapa del ataúd, justo después de arrancarle de la mano casi agarrotada, la llave que abría la caja ...

Permítanme LLorar, diluviarme, consiéntanme -si me fuera necesario- ahogarme en el triste desconsuelo o en la insole...

Foto de Silvia Grav No hay calor que redima a estos pies fríos de la sibilina y gélida muerte, que les arranqu...

Mis poemas tienen ojos y me miran, lloran, de cada lágrima salen letras mojadas en sal que resbalan de verso ...

"Mas no apresures el viaje. Mejor que se extienda largos años; y en tu vejez arribes a la isla con cuanto hayas ganado en el...

Sillas, mesas vacías; a tu lado, nadie; ni siquiera el calor de un café. Precipicio              s                de  ...

Sin saber por qué le di un puñetazo fuerte en el hígado, y luego otro más fuerte aún que le alcanzó de lleno las costillas. No se cubría ...

- ¡Éste se va a enterar de lo que vale un peine! Dice mientras se mesa la barba con arrogancia. - ¡Otro desaire ignorándome a mí! ...

"De pronto todo se para. Nace un Niño. ¡ Es Navidad !" -Pulgacroft- (texto y foto)

Había escrito cien veces: te quiero, pero el último se le atravesó en el corazón entre una sístole y una diástole. Quizás por culpa del...

Soy casi su esclavo, su capricho. Me llama cuando quiere y yo acudo para colmar sus deseos, esos tan íntimos que no se atrevería a...

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica, pero me sentía tan bien a su lado...   Me parecía la chica más bonita del mundo y y...

El llanto se acumula en sus ojos como la lluvia triste y estéril se estanca en los charcos. Ella bebe sus lágrimas como espe...

Las hojas bailan girando en remolinos, como derviches danzantes en Damasco, calladamente, al compás de instrumentos de viento, del p...

Para acercarme más a ti me asomé a tu corazón. Lo encontré desierto, yermo, vacante. Llegué hasta la orilla, donde me...

Yo me muero por tu naranja chillón. Y tú sucumbes a mi verde manzana. Pero siempre tiene que haber un tercero que s...

El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Ya no tenía fuerzas para salir afuera, así que el pequeño contemplaba su deterioro desde la ...

EN MI PUPILA AZUL Es la poesía una celestina de verbos y pronombres, alcahueta de mil letras. Juntadora de frases, ...

Soy alérgica a tu ausencia. El vacío de la cama me provoca sarpullido de tristeza y desazón. Estornudo sin parar adioses y ...