Al llegar a casa exhausto y con un hambre atroz encontró la
nevera vacía, la despensa desierta, la alacena sin nada... Tan sólo encontró
lleno el cargador del revólver... y se pegó un tiro con bulímica avidez. Al fin
y al cabo, de alguna manera había que matar el hambre.
By Pulgacroft.
Mató el hambre, los huecos vacíos y la soledad. Expeditivo el método pero infalible.
ResponderEliminarBuen micro, pulga.
Besotes
Gracias Piel! hay gente muy radical, ya ves...
ResponderEliminar;)
Que chulo. Lo comparto.
ResponderEliminarCyllan, gracias!! ;)
ResponderEliminardesesperación.
ResponderEliminarcuanta dicen extras tres lineas.
he llegado por primera vez a este sitio. me gusta.
saludos
Karin rosenkranz, gracias por tu comentario y bienvenida. Pues quedarte cuanto quieras!
ResponderEliminar;)