Verba volant, scripta manent.

Olvido


Cuando iba a salir por la puerta le pregunté si lo llevaba todo, si no se dejaba algo: las llaves, alguna maleta, los billetes, el dni…
Comprobó cada cosa y cerró la puerta sin mirar atrás.
Lo llevaba todo, no se había olvidado nada, excepto lo más importante: no se había acordado de sí misma. Se dejó olvidada en un cajón del estante.
Rehizo su vida (o eso creyó) sin darse cuenta de que ya no VIVÍA fuera de aquellas paredes, así que el tiempo fue transcurriendo como siempre: sin pausa pero sin prisa, implacable, imparable…y cuando un día se acordó de que no era ella, de que se había olvidado y necesitaba volver a recogerse, regresó.
Abrió el cajón donde se había quedado y se encontró llena de moho y de manchas marrones regalo de los años, se encontró inservible, estropeada y deslucida; no quedaba nada de la frescura y el lustre de antaño.
Encima de la repisa todavía dormía la nota escrita a mano: “no olvidarme de mí”.
Metió la nota en el cajón junto a sí misma y decidió volver a irse, cerró la puerta como aquella vez: sin mirás atrás, pero ahora consciente de que se dejaba y de que ya no era ella; consciente (esta vez sí) de que jamás podría VIVIR fuera de aquellas paredes…

EL TUMBING:el deporte del verano

Me he dado cuenta de que a mucha gente en estos días vacacionales les gusta sufrir.

Sí, se dedican a la práctica de deportes que no les comportan más que calor, sudor, cansancio…en una palabra SUFRIMIENTO.
Y yo abogo hoy por uno de los deportes menos recomendados y más ninguneados dentro del mundo del deporte, la medicina y la vida sana: el TUMBING.
Después de décadas practicándolo puedo hacer un resumen de sus ventajas y beneficios que creo les puede convencer para empezar desde ya a practicarlo asiduamente.
Olvídese de engorrosos aparatos que seguro no le caben en casa y de gimnasios a rebosar de sudor humano.
Como ventaja principal diría que el Tumbing lo puede practicar en cualquier sitio: en su casa, en la playa, en la piscina, en el asiento de atrás de su coche, en un parque, en la acera, en la cola del INEM… ¿por qué? sencillamente porque solo consiste en colocar su cuerpo en posición horizontal y en la postura que le sea más cómoda. Dependiendo de la postura que usted adopte, ejercitará un lado u otro del flotador central o curva de la felicidad (mal llamado: abdominal) así como aumentará tono sebáceo en las posaderas, también conocidas como glúteos. Todo ello signos inequívocos de una persona feliz.


El tumbing es un deporte que puede practicar solo o en grupo. Hay personas que prefieren dedicarle toda su atención y optan por una práctica solitaria así como hay otras personas menos dadas a la soledad que les gusta ejercitar la práctica de dicho deporte entre amigos o compartirla con su familia.


El sitio ideal para practicar el Tumbing es sin lugar a dudas la cama o el sofá (tumbing-bed o tumbing-sofa), pero ello no quita para que también se puedan lograr buenos resultados en una simple toalla en la playa (tumbing-beach), en el campo o el verde de una piscina (Tumbing-pool). Usted elige la modalidad.

No es necesario ningún tipo de ropa especial, aunque ´cuanto más cómoda sea mucho mejor será el resultado obtenido. Coste de la equipación: 0 euros, ideal para tiempos de crisis.


No hay límite de tiempo para el Tumbing, se puede practicar sin descanso y es incluso muy recomendable practicarlo sin reloj.


No es necesario hacerse pruebas médicas para iniciarse en el mismo. Es igual de recomendable para niños que para personas mayores, si bien es verdad que a medida que se avanza en edad se disfruta más con el ejercicio de este deporte.


Con el Tumbing no quema grasa ni calorías por lo que no es necesario reponer sales minerales ni aportes extra de proteínas con sofisticados preparados artificiales, eso sí, una práctica continuada puede abrir el apetito y en un momento dado puede interrumpirnos teniendo que levantarnos a buscar algún aporte calórico, por eso el tener a mano algún tipo de snack puede ayudar a una práctica ininterrumpida y más satisfactoria.


Otra ventaja que tiene este deporte es que lo podemos compaginar o complementar con la sana práctica de otros deportes mayoritarios como son el zapping (muy recomendable para ejercitar las articulaciones del dedo índice y/o pulgar), el siesting (deporte muy conocido en España), el fucking (no apto para niños pero ideal para practicar en pareja) e incluso el nothing (muy recomendable para las personas con fuerte tendencia al cansancio por cualquier cosa).

Es un deporte tanto de verano como de invierno aunque en época estival es más fácil que enganche.


Por último pero no por ello menos importante (last but not least, que dirían algunos), el Tumbing le librará del stress y de las prisas, le quitará esa incómoda sensación de “tengo que…” que tanto nos aflige.


Anímese, practique el tumbing, no se deje engañar por falsos gurús de la vida sana. La vida contemplativa es mucho menos cansada, mucho menos estresante y mucho más gratificante.


Ya lo dice el refrán: “No hagas hoy lo que puedas hacer mañana”.


Diversos seres vivos practicando el Tumbing:








By Pulgacroft
Imágenes by Google



Partida de poker



Estudias mi cuerpo y yo mido tus ganas
Aunque tengo pareja

-en mi casa y sin cartas-

Subes la apuesta de mano
(Y nos vamos al flop)
Mi cuerpo al descubierto, tus pechos entregados
Subes un beso, veo tu lengua
Estrecho tus manos
En doble pareja

De palmas.

(Llegamos al turn),
Esta vez soy yo quien apuesta:
Acaricio tus pechos,
Huelo tu aroma,
Cierro tus ojos
Abro tus piernas…
Te lo piensas despacio, sin prisa, no hay reglas.
Estas a punto de tener un…

Full,

Pero pasas, te dejas hacer, y yo paso
Y dejo que hagas.
Seguimos el juego,
Aumentan tus ganas;
Cabalgas mi espalda, siento tu aliento
Me quitas el habla, subo en jadeos.
No me creo tu cara y meto el dedo…

En tu llaga.

(En el river),
Vemos la apuesta y no queremos más cartas.
Yo un All In en tu cama
Y de nuevo
Tú, un (org)As
Y me ganas.
(Volvemos a ser un Trío de Corazones jugando al Solitario).





El ascensor

Elevator_Woman

De pronto el ascensor se paró en el segundo.
Entró y me miró fijamente a los ojos.Las puertas se cerraron y comenzó nuevamente el ascenso. Le dio al noveno sin preguntarme. Yo iba al quinto pero no dije nada.
Sus ojos comenzaron un reto que yo acepté de buen grado.
El duelo no resultó incómodo, muy al contrario sentí una extraña seguridad que nunca antes había tenido. La conexión fue perfecta, mágica, sensual, sexual, cómplice, amigable, embriagadora…
El ascensor llegó a su destino y las puertas se abrieron, pero nadie salió.
Pulsé el botón del quinto e iniciamos el descenso. El reto seguía en pie, sus ojos hipnotizaron los míos y una ligera sonrisa asomó a sus labios, o por lo menos eso me pareció. Yo también sonreí y la complicidad aumentó de grado; también mi calor interno. Ya no éramos dos desconocidos, éramos dos contrincantes en la partida más extraña que jamás había jugado…y que sin duda tenía perdida de antemano.
Cuando el ascensor llegó a mi piso sentí una gran añoranza por aquella eternidad perfecta que no volvería  , a punto estuve de no salir y de pulsar nuevamente el botón en un descenso infinito que no me hubiese importado que fuera hasta el mismo infierno, pero mi razón ganó la pequeña batalla al absurdo y crucé las puertas. Miré hacia atrás y vi como sus labios pronunciaban unas palabras inaudibles. No logré saber qué decían. Bajé corriendo las escaleras pero no llegué a tiempo, el ascensor descansaba vacío en el portal.
Subí a casa y una inmensa rabia inundó mi alma.
Desde entonces, me subo en todos los ascensores con la utópica esperanza de encontrarme nuevamente con aquellos ojos…pero hasta hoy solo he vuelto a tener esa… “extraña sensación de incomodidad” mientras hablo del tiempo con desconocidos…




Balanza

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared pasaron cinco años. Cada día de esos cinco años que lo intentamos fue un intento fallido.
-La muerte pesa demasiado para colgarla en el salón-, me decía mirando la foto de nuestro hijo desaparecido. Yo le observaba y no veía más que a un padre derrumbado; ya no quedaba nada del marido seguro de si mismo, alegre y optimista que había conocido.
Le di  el martillo y la alcayata, y encajé  la pena como pude, en la caja de herramientas.
Todavía hoy, veinte años después de aquel día,  me pregunto si al final pesa más la muerte…o la vida.





AVISO IMPORTANTE

Al haber cambiado la dirección de este blog, la nueva URL que se debe añadir para que se actualice correctamente si se quiere tener enlazado en un blogroll (la lista de blogs del lateral que solemos leer) es la siguiente (debe copiarse tal cual):

http://letricidiospremeditados.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss