Verba volant, scripta manent.

Distancias



"Desayunó en la cocina junto a su hijo viendo las noticias de las 7 en la televisión que había integrada en la puerta del frigorífico.
-Hijo, tienes que escuchar las noticias…estar informado es imprescindible hoy en día.
Su hijo le miraba con ojos tristes, una palabra asomó a sus labios, pero no se atrevió a salir.
Juntos, subieron al coche y el tiempo de trayecto al colegio se consumió con varias llamadas internacionales que su padre contestó a través del bluetooth…
A las 7.45 sabía perfectamente los puntos que habían subido o bajado las acciones que tenía cotizando en bolsa.
Dejó a su hijo en la puerta del colegio no sin antes darle el último consejo a través de la ventanilla bajada:
-no pierdas el tiempo en clase hijo, estudia y lee.
Antes de que su hijo pudiera contestarle, el coche se alejó a toda prisa.
Cuando llegó a su despacho y encendió el ordenador tenía un email del director de la sucursal de su empresa en Chicago, donde le informaba que en un tiempo breve volvería a España para reunirse con él. Luego echó un vistazo a la prensa nacional e internacional más importante y cuando se dio por informado prácticamente de casi todo lo que ocurría en el mundo, acudió a la sala de videoconferencias para reunirse durante una hora con uno de sus socios en Hong Kong. Las órdenes a su secretario fueron rotundas: “que nadie me moleste bajo ningún concepto”.
A las 8 de la tarde y de regreso a casa sintonizó como cada día la emisora de radio que le informaba de los sucesos de la tarde y fue entonces ,al escuchar la noticia de que de nuevo el acoso escolar era la causa del suicidio de otro adolescente, cuando se dio cuenta de que toda la información acumulada no había hecho sino desplazar a la única que nunca hubiera podido buscar por Internet, que todos los kilómetros de distancia que había acortado día tras día mediante la tecnología más puntera se unían hoy para formar una eternidad de años luz a la que estaba de su hijo…
Varias llamadas personales sin atender retumbaron en su cabeza al encender el móvil que no era del trabajo."


Malhumor





El día estaba triste y gris. Unos nubarrones negros acechaban como lobos en el horizonte.
Sin saber por qué, decidí acercarme a ellos. Conduje sin mirar el tiempo, sin tener en cuenta la distancia, mi objetivo eran los nubarrones negros. Quería entrar en ellos como una forma de suicidio alternativa. Cuando me estaba acercando, cuando ya casi los podía tocar con la mano, se abrió un claro y salió el sol. Insolente, cínico, despiadado, riéndose de mí y de toda la humanidad, se llevó consigo la negrura y la tristeza. Me avocó a la vida como quien tira un despojo al contenedor de la basura. Eso era yo para él, un despojo humano que no merecía todavía el don de la muerte.

“Maldita bola egocéntrica...” pensé.



Piercing xxL



A esta belleza me la encontré dando un paseo (el Junio pasado) por la costa de la playa de la Espasa en Caravia (Asturias). Me miró, le miré y cada uno seguimos a lo nuestro como si nada...
Eso sí, el piercing le quedaba "divinodelamuerte".




Espejismos

“DecalcomanÍa” de René Magritte



Me miré al espejo una vez más, despacio, sin prisa, me miré a los ojos fijamente, escudriñándome… me acerqué a mí mismo. Me acerqué tanto,  que mi nariz se quedó pegada a mi nariz…
Me alejé un poco y vi que las pupilas de mi otro yo enfocaban las mías propias para poder verme. Hice una mueca y mi yo espejismo la hizo también , a la vez, como era de esperar de una imagen seria como era la mía. Me di la vuelta y mi espalda pudo intuir otra espalda, volví a dármela y esta vez mi reflejo ya no estaba, se había ido…aburrido de sí mismo.





Literalidad




Le había dado tantas vueltas a la cabeza en los últimos días buscando una solución al problema que, ahora ya, derrotado y exhausto pero con la solución en la mano,era incapaz de darle media vuelta más para no tener que girar el cuerpo entero cada vez que miraba de frente.



El candidato

El candidato subió al estrado, se colocó ante los micrófonos y se quedó en blanco.
Intentó empezar pero no pudo, no sabía qué decir...no le habían preparado para la sinceridad y en estos momentos el mentir se le hacía muy cuesta arriba. El sudor apareció en su frente de improvisto como un Judas delator.
Sólo dijo una frase: “dicen que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo" y, apoyándose en sus muletas se bajó del estrado.



El rastro



Fue la dama más triste de París.
Vitoreada en muchas ocasiones, fue temida por algunos y respetada por todos. Alcanzó el éxito y conoció la fama, pero también la soledad.
No fue feliz. Durante toda su vida no hizo más que preguntarse por qué estaba tan sola si tantos hombres habían perdido la cabeza por ella y, también, alguna mujer. Siempre se preguntó por qué nadie se había quedado a su lado…
Y es que, todos ellos, tan sólo le dejaban un tenue y sutil rastro rojo que Madame Guillotine nunca supo cómo seguir.



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